Era 29 de Octubre de 1994 en la Romareda, yo era muy pequeño y no lo recuerdo, mi padre si y siempre me dice que allí se abrió la carrera de un gran jugador, que allí se abrió un circulo.

El fútbol es muy irónico, muchas de estas ironías del fútbol duelen y duelen mucho. El partido entre Zaragoza y Real Madrid fue un partido lleno de ironías, la primera de ellas es que tres de los jugadores que salieron desde el banquillo marcaron los goles del encuentro, la segunda es que dos de ellos se retiraron después del terreno de juego, la tercera fue que los dos hombres más discutidos del Madrid tuvieran que saltar al campo para salvar al equipo, pero la ironía más grande del mundo del fútbol es sin duda Raul. El jugador ironía, un jugador sin tiro, sin visión de juego, sin fisico, sin regate, sin velocidad, sin nada al fin y al cabo pero que lo ha sido todo para el equipo blanco.
Si pretendes ver tu como lector una visión objetiva de Raúl no continúes leyendo esta entrada. Para mi Raúl siempre ha sido mi ídolo, desde que tengo uso de razón llevo viendo a Raúl jugando y la mayoría de mis mejores recuerdos son gracias a él. El fútbol no ha sido justo con Raúl, alomejor tampoco lo merecía pero no ha sido justo. Recuerdo año tras año llegar jugadores al Madrid de gran calidad, recuerdo las portadas diciendo: "Este es el que sentará a Raúl" ninguno lo consiguió, la gente siempre me dice que Raúl manda demasiado en el Madrid, y que esos jugadores no llegaron a triunfar por su culpa, es posible, Raúl esperaba un relevo, un nuevo siete, él relevó a Butragueño y esperaba un relevo, la gente dice que siempre ha arropado a Higuaín, por algo será.
Las ironías han acompañado a Raúl a lo largo de su carrera, el mejor jugador de la España del momento falló un penalti conta Francia (que irónico), Owen le quitó el balón de oro y luego fué su suplente (que irónico), y así hasta un largo etcétera.
Pero la mayor ironía para la carrera de Raúl llegó el sábado, la Romareda, campo que le vió nacer y en el cuál falló hasta la saciedad. Tras una carrera de 16 años y de jugar incontables partidos en Primera división, parecia claro que este partido no iba a ser otro cualquiera, Raúl salió por Van der Vaart y en el minuto 49 se lesionó, pidió el cambio, pero vió una última luz al final del túnel y allí sacó su caña a pasear, marcando un gol fácil de esos que le han echo famoso ( 228 de esos lleva ya) y se marchó del campo. La Romareda había sido un hervidero toda la tarde, clamando contra el árbitro y espoleando a Contini y compañía para que hicieran más y más faltas, pero en ese instante tuvieron un momento de lucidez futbolística, ovación para Raúl, allí le vieron nacer y allí le ven morir, curiosa ironía. Desde allí, maguyado y casi llorando, vió el gol del otro resurgido, al cuál no m averguenza decir que dudé, también dudé de Raúl, pero sólo el tiempo ha podido con él.
Hoy la noticia ha caido sobre mi como una losa, mi padre y yo pensábamos ir a su más que posible despedida final, parece que no podrá ser, 4 semanas de baja acabarán la liga con él lesionado y yo no podré ver por última vez a mi Gran Capitán, estoy muy triste pero el fútbol es así de irónico, parece que al final