jueves, 9 de diciembre de 2010

Los que no llegamos


Últimamente el tema de las canteras está muy de moda, observando filosofías de equipos tan potentes como el FC Barcelona o el Arsenal, parece que esta teoría da grandes frutos y es muy importante para el fútbol actual. Ayer en el Real Madrid-Auxerre debutaron dos chavales del Castilla, con vidas diferentes, uno con 23 años, un porterazo llamado Adán al que Iker ha cerrado las puertas como a tantos otros (véase el sonrojante caso de Diego López, que cansado de celebrar títulos y estar en la sombra del banquillo, ahora realiza extraordinarias paradas en el Villareal), el otro era Pablo Sarabia, un eléctrico extremo zurdo de 18 años y con prometedor futuro, 5 años separan a estos dos canteranos, 5 años que Adán ha perdido por cumplir su sueño. Generaciones distintas, un mismo sueño.

Esta jornada de Champions ha servido para eso, para pruebas y fogueos de canteranos, pero sin duda el caso más sonrojante es el de Victor Vázquez, canterano del barça, de la masía, Generación del 87, criado junto a Messi, Piqué,Cesc. Messi llegó a decir una vez lo siguiente: "El bueno era Víctor" curioso escucharlo del mejor jugador del mundo. Una lesión de rodilla maltrató a Victor, lo que no le ha permitido llegar donde sus amigos "el Enano", "el Largo", "el Chisca" (Messi, Piqué y Cesc respectivamente)Él al menos ha llegado a tapar a Messi por un día, se ha vuelto a sentir ese niño que corría con el 10 y era mejor que el.

Esta misma tarde, he visto un reportaje muy interesante y que recomiendo ver a todos vosotros, este documental es "Informe Robinson: La Generación de Casillas" en el cuál, se hace un seguimiento de los jugadores que compartieron vestuario durante un año con Iker, de ellos sólo dos son jugadores de primer nivel: Cesar Navas (jugador del Rubin Kazan), Fernando (jugador del Betis) y Pulido (jugador del Almería), los demás, alguno juega en 2ªB, alguno en preferente ¿y los demás? uno es taxista, otro monta andamios, otro es cámara de televisión (El mundo se perdió a la zurda de Hoyos, la mejor zurda que Del Bosque ha visto) y así hasta un largo etcétera de sueños rotos, truncados por malas decisiones, por lesiones inoportunas o por falta de talento, pero al fin y al cabo sueños rotos.


La gente observa a los jugadores de élite como señoritos, como piezas de un gran puzzle sin sentimientos, todos olvidan lo que pasaron, nadie recuerda a un niño de 9 años llamado Lionel que se pinchaba él sólo unas hormonas de crecimiento, nadie recuerda a un chaval rubio de Torrejón de apellido Gutiérrez que tenía una hora de viaje en tren hasta llegar a entrenar.

Estos casos son los que se saben, los de los jugadores de élite, pero existen muchos otros, gente que te cruzas por la calle, gente que te lleva a casa, que te mira en la calle, y que por circunstancias del destino no pudieron llegar.

Es bonito ir un fin de semana a ver corretear a chavales de 6 o 7 años detrás de un balón, persiguen su sueño, persiguen lo que muchos perseguimos y la gran mayoría nunca cogimos. Pero a la vez es triste, porque sabes que de esos cien, doscientos, trescientos niños que ves corretear, la mayoría tampoco alcanzarán lo que nosotros perseguimos.

Por eso esta entrada va por Victor Vázquez, por De La Red, por mí, por tí, por todos esos niños que corretearon y patearon campos de tierra y sintieron lo que es marcar un gol y rumiaron la derrota de saber que no llegarían a cumplir su sueño, por ellos, y por todos los niños que corretearán y patearán campos de tierra y sentirán lo que es marcar un gol y rumiarán la derrota de saber que no llegarán a cumplir su sueño, va por todos nosotros, La Generación Que No LLegamos.


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