martes, 8 de marzo de 2011

La clase media se viste de gala


Andaba yo mirando Golt el otro día, cuando por casualidad me encontré con un reportaje del Borussia Dortmund, líder de la liga alemana, con un presupuesto muy por debajo de estas posibilidades. Me dispuse a ver un partido suyo, un fútbol vertical de toque rápido y movimientos fluidos como a mí me gusta. El equipo no posee ninguna estrella, o al menos no lo eran cuando fueron fichados o salieron de la cantera.

Estos equipos, me dije a mi mismo, son los que engandecen al fútbol. Es muy fácil ser el Madrid, el Barcelona, el Manchester, etc. y fichar una estrella nada más despunta.

Ejemplos como el Borussia tengo muchos y todos son o fueron muy buenos, actuales tengo varios:

El Villareal, que aunque ha sido superado en la tabla por el Valencia, realiza un fútbol de altos vuelos con Valero, Rossi, Cazorla, Nilmar,etc.

El Nápoles, que ha pasado de estar en el olvido de la serie B, ha disputarle el Scudetto a un pedazo de Milán, sus jugadores más destacados son Edison Cavani (ya se le veian maneras el año pasado en el Palermo), Lavezzi y Hamsik.

Esto no es un concepto nuevo, siempre ha habido equipos pequeños o de calidad histórica media, que han conseguido ascender al menos durante unos años a lo más alto.
Recuerdo a la Real de Kovacevic, Nihat, los Xabis (Alonso y Prieto), que le disputó una liga al Madrid galáctico.
Un Mallorca de élite con un pedazo de delantero como Eto'o, Ibagaza, Novo, Riera,etc.
y ¿quién no recuerda al supergeta? nos hizo vibrar a todos llegando hasta muy lejos en la Uefa.

Eto'o en su etapa en el Mallorca
Todos estos tienen y tuvieron un denominador común, el gusto por el buen fútbol, el tu metes dos pero yo meto cinco. Con entrenadores ofensivos, sin miedo a lo que pueda suceder. Todos tuvieron el mismo final, equipos que se descompusieron porque los grandes llegaron con la talonera preparada. Así es este mundo del fútbol, como una fiesta, en la que aunque la clase media se vista de gala, los grandes siempre se llevan a la guapa.


El lamento azulón tras el Getafe-Bayern

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